Hace unos días fue aprobada en el Senado la reforma energética, que (entre otras cosas) ahora permite la inversión extranjera en la empresa petrolera del país, PEMEX. Petróleos Mexicanos es una de las mayores exportadoras de crudo en el mundo y es la única en el país. Creada en 1938, como parte de la expropiación petrolera, donde el gobierno asume control total sobre los bienes del subsuelo del país (petróleo, gas), expulsando a todas las empresas extranjeras que buscaban, perforaban y exportaban el petróleo del territorio nacional.
Desde el periodo del presidente Vicente Fox, se había intentado crear esta reforma donde, inversión extranjera pudiera entrar a Petróleos Mexicanos para su mejora, desafortunadamente, siendo el presidente del PAN quien proponía la reforma, el senado, con mayoría de otro partido, ya sea PRD o PRI, la refutaba por conveniencia del partido con el argumento de "el petróleo es del pueblo". Por primera vez desde el año 2000, las cámaras tienen mayoría representativa del mismo partido al que pertenece el presidente.
Después de reflexionar acerca de esta reforma encontré sus fallas y sus aciertos. Empecemos por lo bueno. La reforma permitirá inversión extranjera a PEMEX, sin permitir la entrada de más compañías al territorio nacional. No sé quién en su sano juicio invertiría en una empresa tan corrompida que no ha tenido avances significativos en una década. Volviendo al primer punto, la inversión extranjera permitiría que PEMEX no sólo exportara crudo, podría llegar al nivel de comenzar a transformarlo y utilizar petróleo propio para crear gasolina. Toda la gasolina
mexicana debe ser importada de otros países ya que no tenemos la tecnología necesaria para destilar y procesar el petróleo. Hoy en día México exporta crudo a un menor precio de lo que debe importar los productos del petróleo. También con inversión extranjera podríamos pensar en la exploración de aguas profundas en el Golfo de México y terminar con el pensamiento de "México tiene petróleo para los próximos 30 años".
Claro, lo malo es que, al recibir inversión extranjera, no todas las ganancias de PEMEX se quedarían en el país; hoy en día las ganancias de la empresa se van a los bolsillos de quienes tienen el control de ella, pero se quedan en el país, ahora sí se podría decir que países como Alemania, China y Estados Unidos sacarán [más] provechos de la muy mencionada empresa.
No es que el gobierno esté haciendo esta reforma a ciegas. Los países
primermundistas o muy desarrollados no tienen el poder sobre su petróleo, y con justa razón, ¿qué va a saber un burócrata acerca de los beneficios de la exploración y perforación en aguas profundas?
Para finalizar, nunca he creído que PEMEX sea una empresa del pueblo,
de todos. Cada mes hay un
gasolinazo subiendo el precio de las gasolinas que hace 10 años costaban casi la mitad de lo que ahora. No está mal, digo, todo lo que está subiendo la gasolina lo pagaba el gobierno, haciendo que las ganancias del país fueran mínimas. Si una empresa de esta magnitud fuera de nosotros, habitantes de México, podríamos saber dónde están las ganancias de la empresa, en qué se invierten y cómo son recibidas. Una empresa corrupta no puede ser una empresa de todos.