1. Es la definición de una mala feel-good movie. Una película que no desafía a la audiencia y no lo deja con nada al final. Uno de mis principales problemas con la cinta del circense es que la historia pasa y no tiene consecuencias. Todas las acciones del personaje principal están siendo empujadas por la suerte y cuando el P.T. Barnum se equivoca no tiene consecuencias que pagar, todos los nudos narrativos se resuelven en cuestión de minutos y te traicionan cada vez que sientes que la película se va a poner interesante. Empuja a las personas a creer que las películas no pueden o deben mostrarnos historias tristes, o que nos hagan pensar. Todavía me sorprende escuchar amigos y familiares que crean que La La Land es peor que Showman solo porque su final no es feliz.
2. Hiere al género musical. He escuchado que mucha gente dice "tiene un gran soundtrack, las canciones están súper pegajosas y Zac Efron ufffff". Las mejores bandas sonoras en las películas son aquellas que van tan bien con la cinta, que te ayudan a sumergirte en la historia que te están contando. Esto puede pasar teniendo música sin que te des cuenta que está ahí, como en Arrival, o Gravity, o pueden ser parte fundamental del filme, como en Baby Driver, Guardians of The Galaxy o Whiplash. Lo que el Showman hace es juntar 10 canciones de pop en un lugar y decidir ponerlas sobre una cinta. Sabes que una canción no es parte fundamental de un musical cuando la sacas de su contexto y no te lleva de regreso. El impacto que generó en el género, es que ahora está un paso más cerca de extinguirse, y para alguien que es fan, es doloroso verlo.
3. Divide a las audiencias. Hay cintas como Star Wars: The Last Jedi, y ahora Roma, que dividen a las personas que decidieron invertir su tiempo en verla, donde o salen completamente enamorados del filme o creyendo que fue la peor experiencia que han sobrevivido. Este tipo de cintas suelen ser los que abren mesas de discusión, y de donde puedes aprender más de otros puntos de vista. Alguien que no disfrutó Roma, y se sienta con un cinéfilo que disfrute la época dorada del cine puede terminar aprendiendo a quererla. El debate que The Last Jedi inició invita a los antiguos y nuevos fans de la franquicia a compartir historias de cómo ha ido evolucionando la guerra de las galaxias, pero no se puede decir lo mismo de la vida de P.T. Barnum. Cuando intentas platicar de porqué la película pudiera haber sido ser mejor, las personas que la disfrutaron se cierran sin querer escuchar estos argumentos. Esto se debe a que, en la mayoría las personas que disfrutan los musicales tienen un conocimiento un poco más elevado del cine, por lo que pueden dar argumentos más desarrollados y que pueden ser rechazados por alguien a quien no le interesa el séptimo arte (que es en general el público de The Greatest Showman).
Al final del día el cine fue inventado para compartir historias, para que directores, guionistas y actores encontraran manera de conectar con otras personas y conservar y generar nuevos vehículos para el desarrollo cultural. No digo que esté mal que nos guste una que otra mala película, yo disfruté mucho ver la película The Meg. Solo que nunca hay que dejar de cuestionar y de aprender, hay que conservar lo bueno y saber cuando algo es malo.
3. Divide a las audiencias. Hay cintas como Star Wars: The Last Jedi, y ahora Roma, que dividen a las personas que decidieron invertir su tiempo en verla, donde o salen completamente enamorados del filme o creyendo que fue la peor experiencia que han sobrevivido. Este tipo de cintas suelen ser los que abren mesas de discusión, y de donde puedes aprender más de otros puntos de vista. Alguien que no disfrutó Roma, y se sienta con un cinéfilo que disfrute la época dorada del cine puede terminar aprendiendo a quererla. El debate que The Last Jedi inició invita a los antiguos y nuevos fans de la franquicia a compartir historias de cómo ha ido evolucionando la guerra de las galaxias, pero no se puede decir lo mismo de la vida de P.T. Barnum. Cuando intentas platicar de porqué la película pudiera haber sido ser mejor, las personas que la disfrutaron se cierran sin querer escuchar estos argumentos. Esto se debe a que, en la mayoría las personas que disfrutan los musicales tienen un conocimiento un poco más elevado del cine, por lo que pueden dar argumentos más desarrollados y que pueden ser rechazados por alguien a quien no le interesa el séptimo arte (que es en general el público de The Greatest Showman).
Al final del día el cine fue inventado para compartir historias, para que directores, guionistas y actores encontraran manera de conectar con otras personas y conservar y generar nuevos vehículos para el desarrollo cultural. No digo que esté mal que nos guste una que otra mala película, yo disfruté mucho ver la película The Meg. Solo que nunca hay que dejar de cuestionar y de aprender, hay que conservar lo bueno y saber cuando algo es malo.